Evolución del Pensamiento Administrativo y
del Comportamiento Organizacional - Parte 1
Parte 2
La Revolución Industrial
“Cuando podéis tener la demostración ocular de
que, en lugar de una pérdida pecuniaria, una atención
bien encaminada para formar el carácter y aumentar las comodidades
de aquellos que se encuentran tan enteramente a vuestro servicio,
aumentará esencialmente vuestras ganancias, prosperidad y felicidad,
ninguna razón, excepto aquellas basadas en la ignorancia del
propio interés, podrá en el futuro, impediros otorgar
la mayor atención a las máquinas vivientes que usáis;
y al hacerlo así impediréis una acumulación de
la miseria humana, de la que ahora es difícil formar una idea
adecuada”
Alocución a los Superintendentes de Fábricas
ROBERT OWEN
1813
Como hemos visto, ya a principios del maquinismo hubo personas que
se preocuparon de las “maquinas vivientes”. En esta conferencia brindada
a los administradores de las fábricas de aquella época,
Owen, un notablemente próspero director de una cadena de hilanderías
en Escocia, -que pudo demostrar en sus propias fábricas que
era tan importante preocuparse por las “máquinas vivientes”
como por las “máquinas inanimadas”- hace un llamado de atención
y es interesante observar como, con mente visionaria, advierte sobre
una futura “acumulación de la miseria humana” que luego tendría
lugar con el avance de la Revolución Industrial. Como sucede
muchas veces en estos casos, nadie le escuchó.
Si bien una crítica que se le hace a Owen es que no prosperó
en uno de los primeros emprendimientos de colectivización agrícola
en Estados Unidos, el tiempo y la Historia le reconocen la paternidad
del Cooperativismo, y según Merrill “lo califican para ser
llamado el padre de la administración de personal”.
Cambios Producidos por la Revolución Industrial
Pocos años antes del inicio del Siglo 19 y extendiéndose
hasta abarcar el Siglo 20, surge, se desarrolla y finalmente hace
eclosión, una de las transformaciones más impactantes
en la historia de la humanidad. En efecto, la tradicionalmente llamada
Revolución Industrial -que luego Alvin Toffler, en su nuevo
y generalmente aceptado enfoque, bautizara como “La Segunda Ola”-
produjo innumerables y radicales cambios tanto en los sistemas de
producción como en la sociedad en su conjunto.
La Máquina hace su aparición y se instala para quedarse.
Pero además comienza a sustituir las tareas del ser humano.
En vano fueron los sueños y las ilusiones utópicas que
florecieron, recién entrado el Siglo 20, de una sustitución
de la mano de obra administrada de forma tal, que disminuyera el esfuerzo
del hombre y lo privilegiara con una donación de disfrutable
tiempo de ocio dentro de un contexto de seguridad económica.
Rifkin describe estos acontecimientos en forma inconstrastablemente
documentada.
Pero deteniéndonos en principios del siglo 20 interesa recordar
que la fuerza de los cambios produjo gran impacto, tanto en lo fabril
como en lo económico, lo social y lo político. Adentrarnos
en estos temas es inconducente para la propuesta de este trabajo,
pero es importante tener presente que:
*En lo social, los cambios generaron innumerables agitaciones, nuevas
formas de resistencia (los trabajadores comienzan a organizarse para
defender sus intereses) y surgen con brío los sindicatos.
*En lo empresarial y lo específicamente laboral -en aquel período
mayoritariamente “de producción fabril”, si descontamos las
oficinas estatales- se generan situaciones de trabajo caracterizadas
por un gran despliegue de mano de obra trabajando en un régimen
autoritario dentro del taller y muchas veces sin una mayor organización
por parte de los empresarios, lo que generaba una latente predisposición
al caos.
Es interesante observar como la personalidad artística, con
sus componentes emocionales e intuitivos, permite muchas veces percibir,
o por lo menos hacer notorios con antelación, ciertos fenómenos
que los expertos y científicos aún no han abordado en
forma más decidida. Tal es el caso de Charles Chaplin quien
a mediados de la década de los años 1930 denuncia éstas
situaciones en forma amena (los entendidos en comunicación
aseguran que ésta es una de las formas de impacto más
profunda y duradera sobre el público) abarcando ambos aspectos:
el laboral y el social. En su clásico film “Tiempos Modernos”
Chaplin incluye, en el desarrollo de sus primeras escenas, una crítica
de humor negro respecto a las formas tayloristas y fordistas de producción,
sus repercusiones negativas sobre el trabajador fabril, y a la convulsionada
situación social imperante.
Por lo tanto, y siempre intentando mantener una perspectiva histórica
lo más objetiva posible, nada impedía a las mujeres
y hombres de aquel momento, que de una forma u otra debieron hacerse
cargo de estas situaciones, enfocar su trabajo en forma humanista
a la vez que racional.
Tal como fueron los casos, entre otros, de Mary Parker Follett en
Estados Unidos y de Henri Fayol en Francia. La primera debió
trabajar en un contexto arraigadamente taylorista y tal vez por ello
su obra no fue tan conocida ni abarcativa.
El artesanado en la Edad Media.
Para comprender mejor la trascendencia del impacto producido por
la Revolución Industrial, es necesario tener presente las situaciones
de trabajo anteriores a dicha revolución, tal como era la forma
de producción en la Edad Media, a través del sistema
del ARTESANADO.
Características del Artesanado:
- El Maestro Artesano amparaba a los oficiales y aprendices a quienes
les enseñaba el oficio como pago del trabajo que realizan,
aunque también recibían un salario.
- Los artesanos aplicaban sus conocimientos y técnicas para
producir determinados bienes que luego el Maestro comercializaba.
- Era un sistema armónico y sencillo, no existiendo por lo
general oposiciones de intereses.
- El precio de los productos lo fijaba la Iglesia, el denominado “precio
justo”. Los Artesanos cobraban por su trabajo sólo lo que éste
valía.
- El trabajo se realizaba en un taller de pequeñas dimensiones,
muchas veces en la casa del Maestro Artesano; dentro de un ambiente
familiar.
- Cada Artesano tenía expectativas de llegar a ser un Maestro
Artesano, es decir, aprender el oficio, adquirir las herramientas
e independizarse laboralmente.
- Cada Artesano comenzaba y terminaba su propia obra; lo cual lo satisface
y lo desarrolla como ser humano; y al sentirse autorrealizado, obtenía
un alto grado de motivación.
